domingo, 22 de agosto de 2010

De lo que dijo

El forastero volvió subitamente a la realidad. Miro lentamente a su alrededor y poco a poco comprendió donde estaba. A pesar de los infinitos estantes, reconoció a aquel cuarto como parte del Templo. Y se supo regresado a su hogar.
Una sensación de paz y serenidad sobrevino y sus ojos lentamente humedecieron. Con lagrimas rebalsando de sus ojos, recitó estos versos del poeta:

        "¡Oh! ¡Agib!¡Vuelva yo a la morada de mis antiguas noches! ¡Logre yo besar sus paredes!
        Pero no es el amor a estos muros de la casa querida el que me ha herido en mitad del corazón, sino el amor al que en ella vivía" *

Dicho esto, sus ojos de vidrio deslizaronse al blanco y su cuerpo entero se derramó, desplomandoze inconciente sobre su lecho, victima de la emoción y encandilado por la vigilia.
Sin embargo, todos sabían ahora que poco tiempo pasaría hasta que a despertar volviera . Y mucho más importante, sus ojos habían por primera vez penetrado en los corazones.
De un azul profundo y transparente al mismo tiempo. De innumerables años y sabiduria. Ninguno de los presentes se olvidaría jamas el primer momento en que los inmaculados ojos del forastero, habian sido descubiertos.

*De كتاب ألف ليلة وليلة
Las Mil y Una Noches

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