jueves, 22 de abril de 2010

Del Templo

El Sagrado Templo de La Parra Eclectica sorprende a cuanto lo conoce. Pero debido a su inmaculada austeridad.

Quien busca a la Parra (y por ende al Templo), ha de recorrer un largo camino hasta encontrarla, por lo cual después de un extenso viaje sus expectativas se han magnificado, y poco a poco, su temple es conquistado por la ansiedad. Ahora bien, las escrituras hablan de un largo camino, pero los doctos y sabios saben que este, no es un largo camino temporal o físico, sino un camino espiritual.

El Templo no es ni más ancho ni más largo que las copas de 5 robles en fila, y consiste principalmente en el patio central del Templo. El mismo, se encuentra bajo la sombra de la sacra estructura que sostiene la Parra, la cual consiste en aproximadamente 5 robles de altura, de una maraña de finas columnas (un material negro, opaco y desconocido que recuerda al onix) que rodean el techo en forma aparentemente caótica. A lo largo de las entrelazadas columnas, se encuentra en escritura cuneiforme lo que pareceria ser un recuento de el nacimiento y caida de una sociedad, protagonizada por unos monjes humanoides de largas tunicas . El consenso general dicta que estos desconocidos Acólitos fueron los constructores del templo, pero otros afirman que consiste en una ficción ideada por los verdaderos constructores, tal vez a la manera de libro canónico. Se desconoce si dedicaron su vida a la realización de esta imperial obra o si tan solo fue una entre tantas, destinada a ser la única sobreviviente exclusivamente por albergar a La Parra Eclectica. Hecho causante de que la escritura se encuentre semi-oculta, y por supuesto que el solo pensamiento de molestar a la Eterna Vid para averiguar la historia bajo la superficie se considere ridiculo bajo todo tipo de punto de vista
El resto del templo, consiste en dos distintas series de cuartos que rodean al patio central, pero lo que se encuentra en ellos, es historia de otro contar.

La gloria sea con La Parra.