miércoles, 6 de julio de 2011

De las cosas y nuestro apego a ellas

En los interminables cuartos y pasillos externos del templo, los viajantes suelen vagar sin rumbo y cambiar todas las noches de cuarto, debido a la imposibilidad de retornar al propio. Un recien llegado una vez consultó a uno de los monjes acerca de sus pertenencias y de como podía volver a acceder a ellas. Tras indicarle que el Templo le devolvería sus pertenencias cuando lo considerara necesario, le recomendo también que consultara un viejo códice al parecer escrito en tiempos olvidados. Al llegar al pasaje indicado, el joven encontró los siguientes versos que luego transcribió en su diario. Así llegan a nuestros ojos hoy, nada se sabe hoy día de dicho códice y su original contenido seencuentra perdido.


las cosas serían así, el simple camino,
la meta una sola, la experiencia
encontrar mediante propia ciencia 
que de a momentos se hilvana un destino



nuestros tesoros pueden desgastarse
pero nuevos rumbos siempre encontrarse
no es necesaria cosa alguna
ni pocas cosas nuevas bajo la luna

lo crucial de una imagen inmaculada
son las sensaciones que nos provoca
distintas serán estas una noche rota
que una mañana en una ruta abandonada

lo mágico de un instrumento, sea él cualquiera
no es el cuerpo zumbante, ni la cuerda austera
sino la pureza emanada, sin intención alguna
por algun caminante bajo la tenue luna


así, en el arte, infinitas se hacen las vivencias,
sumando asignadossignificados
segun nuestro ser, deseos y estado
y adaptando en parte su esencia