viernes, 2 de diciembre de 2011

De la no-Organización del Templo

El no-sistema que no-rige en el templo, fue bautizado por algunos como "Organizamiento Caótico" o también "Caos Orgánico". En momentos de la más plena actividad, los patios interiores de Bajo de la Parra, y alrededores, desbordan de ebullición humana. Con distintos habitantes del Templo deslizandose de un lado a otro encargandose de las mundanas tareas por hacer. Durante las comidas por ejemplo, el tintineo de la vajilla siendo trasladada en inestables torres por los voluntarios, se suma al rumor de las charlas y el burbujeo de las ollas para crear una consonancia rítmica de la más gastronómica musicalidad.

Es notable como incluso los más recientes huespedes, se saben ubicar en seguida (tanto geográficamente como en rol a desempeñar) e instintivamente se adaptan al fluir orgánico que rige sobre el Templo. Al igual que cuadno se observan entes individuales en una célula o en un hormiguero, un comportamiento errático y casi ilógico es el más obvio. Es solo cuando se aleja la mirada que se hacen visibles los dibujos concentricos que los transeuntes dibujan entre los comensales con sus pasos. Y como todos sus movimientos parecieran estar coordinados para formar la más inmaculada eficacía.

Como en el más dinámico puntillismo, una danza nunca ensayada se desarrolla con la más natural agilidad. Así, todas las actividades másivas en el Templo poseen una armónia intrínseca que pasa totalmente desapercibida para los actores de la misma. Como si todos los movimientos y tareas grupales fueran dirigidos por una batuta invisible, el Templo es totalmente autosuficiente y demanda de cada habitante solo aquellas tareas para las cuales sus capacidades y habilidades lo convierten en ideal.

La concepción holística del Templo es única y es casi imposible quebrarla.El hecho de que todos los ladrillos precisen de cada uno y todos los demas para simplemente poder apoyarse, ocasiona que el más mínimo desvarío del camino designado, sea corregido y encausado de nuevo antes de poder notarse.

Esta concepción es algo palpable hasta incluso en el aire durante la estadía de los visitantes en el Templo y es algo de lo cual es imposible desembarazarse. Esto ocasiona que abandonar el Templo sea doblemente díficil, debido a la readaptación necesaria para suplir al que parte y debido al propio sentimiento de quien parte, ya que ahora camina su propio camino, desprovisto de toda ayuda y sin proveer ayuda alguna.

Esta enseñanza acerca de las consecuencias de nuestros actos futuros y sus posibles implicancias son tal vez de las que los visitantes del Templo más presente tienen. Fue Eduardo Lorenziaga quien mejor lo reflejó en las palabras.

soñar que lo que hagamos de este lado
no tendrá sus consecuencias
es tan inocente como las creencias
 de que el mundo solo existe si está iluminado

cuando las alas de una gaviota triste
flamean sin intencion alguna
un tornado nace de inmediato
del otro lado de la laguna

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